miércoles, 29 de abril de 2015

SETENTA VECES SIETE PARA VOLVER A AMAR



Setenta veces siete pronunciarás mi nombre,
me verás blanca cual flor de noche.
A pulso de voz se abrirán  mis pétalos
para dejarte beber en sus  cuatro estaciones.
Transitarás aquellos caminos que de memoria conoces,
continuarás donde tus labios se habían quedado,
despertando las madrugadas que se durmieron esperando.

Setenta veces siete llorarás mi nombre
para abrazar tus lágrimas a las mías.
Nuestras bocas serán alcoba en su cercanía,
entre sábanas de historia nos amaremos
hasta la luz que nos ampare en un nuevo día.
Sobre mis senos descansarán todas las noches perdidas
para encontrarte en la congoja de mí pecho, vida mía.

Setenta veces siete escribirás mi nombre
penitente al reverso de la piel complacida,
parábola de un salmo por incontables vidas.
De izquierda a derecha por tres tiempos en cursiva,
desde el montes de Venus hasta la tierra prometida,
para traerme de todos los sueños de tu mano renacida
y así morir uno sobre el otro en el orgasmo de la melodía.

Setenta veces siete te amaré, me amarás,

nos amaremos, vida mía.

Autora: Ariel


Setenta veces siete , para volver a amar - (c) - Ariel

jueves, 16 de abril de 2015

LA EXACTA FÓRMULA DE LO INCALCULABLE


Quisiera saber en qué estaba pensando

 el que creó las matemáticas,

si se habrá quedado colgado de las esterillas de la luna

o clavado de entrecejo al universo;

porque si pensaba que uno menos uno es cero,

a mí su igualdad  no me representa algo certero,

y el cero se me hace anillo entre los dedos.

Borro, y sobre borrón, cuenta nueva,

sobre una semana de juego,

y al uno, finalmente termino volviendo,

porque  mí único resultado

es que uno es igual a cero,

regresando así al uno primero.

¡Malditas matemáticas que en su razón

es la mía la que pierdo!

Si me resta o me suma,

da igual su metódico pensamiento.

Yo seguiré siendo uno igualada

en circunferencia infinita al sentimiento.

Irracional, tal vez, ante su matemático cálculo

me declaro irrefutablemente la excepción

en un inamovible y único binario perfecto.

Mi corazón perdió completamente la razón

y en su locura incalculable

ya no suma  ni resta;

quedó lunático clavado en uno

de entrecejo.

Autora: Ariel




La exacta fórmula de lo incalculable - (c) - Ariel

viernes, 3 de abril de 2015

Setecientos cuarenta versos de amor



Fueron cuarenta días
con sus cuarenta noches
las que tardó para crearla
a imagen y semejanza
de su pensamiento.
La hizo con los ojos del tiempo,
de esos que con sólo mirarlos
te llevan por un viaje en góndola
a través del túnel de los enamorados.
Se posó sobre su boca
cual mariposa de la noche
saboreando la distancia
entre su labio, superior e inferior,
para tocar la fortuna de sus besos
hasta cada una de sus albas.
Cuando llegó a su cuerpo
la torneó de la arcilla de sus manos,
con los senos de venus
y un pubis de amor.
Temblando bajo la desnudez de su aliento
se vertió sobre su espalda
cual manto de estrellas
y en silencio absoluto,
la amó.
Cuando hubo acabado,
no pudiendo ya dejar de mirarla,
la dejó dormida sobre un colchón
de amapolas rojas,
para inmortalizarla en
Setecientos cuarenta
versos de amor.

Autora: Ariel
Setecientos cuarenta versos de amor - (c) - Ariel